Santo Domingo.- En mayo del 2023 escribí un artículo sobre el Síndrome del Nido Vacío, como una manera de asimilar que mis hijos emprendieron su vuelo. Hoy, 2 años después paso inventario de mis emociones y aunque he superado esa sensación, aún siento que una parte de mi está conectada a ese cordón umbilical que se hace indestructible. Recuerdo que entrevisté a dos psicólogas, Gricell Paulino y Aisha Khan, quienes destacaron que en este fenómeno psicológico se experimentan sentimientos de tristeza, soledad, ansiedad o depresión.
En cierto sentido se produce una ruptura del núcleo familiar lo cual se asemeja a un proceso de duelo. “No es un duelo por muerte pero igual representa las etapas que se viven durante este”, aseguró la licenciada Khan cuando la entrevisté en aquella ocasión. Es así cuando decidí tomar acción y seguí las recomendaciones de estas especialistas de la salud mental, realizando actividades que me permitieran conectar con la parte social. Ir al gimnasio y clases de baile, fueron algunas de las actividades que adopté para mejorar mi calidad de vida.
Pero hablaré un poco de las clases de Hustle, las cuales inicié hace 5 meses gracias a la invitación de una amiga, Minoska Brouwer, quien me motivó para explorar un aspecto totalmente desconocido para mi. Llegué aquí con dos pies izquierdo, ahora creo que tengo un pie derecho y medio pie izquierdo, jajajajaja. La verdad es que este tipo de baile no es mi fuerte pero ha servido para ampliar mi círculo de amigos, pues he conocido a personas maravillosas que forman parte de una hermosa hermandad que comparte la pasión por la música disco.
Y ya dejando un poco el tema de las clases de Hustle, recuerdo que cuando escribí mi artículo, en el párrafo final destaqué lo siguiente. “Finalmente, se debe resaltar la importancia de mantener una buena comunicación donde los padres generen en sus hijos la confianza de que pueden volar por sí solos”. En este sentido me queda la gran satisfacción de ver cuán alto han volado Carla y Oliver. Ellos me impulsan para seguir adelante en los momentos más difíciles, donde recuerdo que debo sanar y rescatar a esa niña interior.
Sobre mis gorriones que emprendieron el vuelo
Carla, mi primogénita, cumplirá 30 años en noviembre. Actualmente está realizando una Especialidad en Pediatría, en Búffalo Nueva York. Es una joven vivaracha de corazón noble, inteligente soñadora pero con los pies en la tierra, empática, solidaria, ¿qué más puedo decir?!!!!. Oliver, de 28 años, tiene el perfil de un líder, es serio, optimista, definitivamente es un joven con determinación, graduado de Economía con los máximos honores. Realizó su Especialidad de la misma carrera en la Universidad de Nueva York y actualmente está en Washington, donde iniciará un nuevo empleo en el Banco Mundial. Heredó de mí y de mi padre el arte de la buena redacción.
Para concluir
En ocasiones siento un poco de nostalgia, es natural, pero esa nostalgia se convierte en satisfacción al ver todo lo que mis hijos han logrado. Y es que era necesario dejarlos volar, pero por más alto que sea su vuelo, siempre estarán en mi corazón, y es que ese cordón umbilical nunca se romperá. Siempre estaremos conectados aun cuando yo ya no esté en este espacio terrenal.