Santo Domingo.- No es mi cumpleaños ni he realizado ninguna hazaña especial pero me felicito porque Inicia el 2024 y con este año también inician nuevas metas. Cada fin de año paso balance y hago una reflexión sobre todo lo vivido y las lecciones aprendidas, pues entiendo que es un buen punto de partida a la hora de embarcarme en un nuevo proyecto. Esto permite no volver a cometer los mismos errores y ver en cada falla una oportunidad de mejora, entendiendo que cada caída forma parte del proceso de aprendizaje.
No quiero sonar pesimista pero el 2023 fue un año duro para mí ya que pasé por algunos procesos de salud que afortunadamente pude superar pues no fueron nada graves. Por otro lado, experimenté el Síndrome del Nido Vacío ya que mis hijos se fueron a hacer sus respectivas especialidades a los Estados Unidos. En ambas situaciones encontré personas empáticas y solidarias que me brindaron todo su apoyo y a las cuales les estoy sumamente agradecida. No obstante, hubo otras cuyas críticas no aportaron nada.
Pero no quiero enfocar la parte negativa en este escrito, pues entiendo que no todo el mundo tiene la capacidad de ser empático. Lo que sí voy a resaltar es la gran capacidad que tengo de reconstruirme cada vez que me quiebro y me felicito por las miles de veces que sonreí a pesar de estar rota. Me felicito porque tome la sabia decisión de seguir adelante aún cuando el panorama era incierto. Me felicito por todas esas veces que le gané la batalla a la ansiedad. Me felicito porque sencillamente yo soy una mujer como pocas, en otras palabras, soy una mujer Única.
¡Agárrate 2024 porque ahora voy por más!