Por: Dra. Melissa Rodríguez, Fellow 2 Cirugía Oncológica
Instituto de Oncología “Dr. Heriberto Pieter”
Santo Domingo.- Que mejor noticia para una mujer que saber que se convertirá en madre, pero en el telar de la vida, donde se entretejen sueños y realidades, hay historias que desafían toda expectativa. En la dulce espera hacia la maternidad, una verdad a menudo ignorada se presenta sobre algunas mujeres, un diagnóstico de cáncer de mama. Es oportuno destacar que los médicos definimos el cáncer de mama en el embarazo a toda patología que se diagnostica a una mujer en gestación y hasta un año después de desembarazarse.
El conocimiento nos hace superiores y conocer que durante el embarazo también se puede presentar cáncer de mama es el primer paso para diagnosticarlo a tiempo. Durante este período también se pueden realizar estudios de imagen de la mama que nos ayuden a detectar cualquier “bolita” o lesión de la mama, dentro de ellos el más seguro es la sonografía de mamas.
Una vez diagnosticado el cáncer de mama en una mujer embarazada, es importante el manejo por un equipo multidisciplinario de salud donde intervienen el psico-oncólogo, el ginecólogo-oncólogo, el cirujano oncólogo y el oncólogo clínico, quienes trabajarán en conjunto para poder llevar a buen puerto tanto la madre como al bebé.
Algo de suma importancia es saber en qué edad gestacional se encuentra la paciente, teniendo en consideración que en los primeros 3 meses es donde hay mayor el riesgo de complicaciones para el bebé.
Una paciente embarazada con cáncer de mama puede recibir tratamiento quirúrgico en cualquier momento de la edad gestacional, más sin embargo no es así para el manejo con quimioterapia, ya que está contraindicada en el primer trimestre y se debe planificar para que termine de 3 a 4 semanas antes del parto.
La radioterapia se encuentra contraindicada durante todo el embarazo debido a los efectos teratogénicos y de complicaciones en el feto. Una vez se produce el parto, si la madre va a recibir quimioterapia o terapia sistémica no podrá lactar al recién nacido.
Al contemplar la posibilidad del cáncer de mama durante el embarazo, nos enfrentamos a una verdad cruda y a menudo ignorada. Pero en esta oscuridad, encontramos la luz de saber que sí se puede diagnosticar a tiempo y manejar de la mejor manera.
Esta enfermedad nos desafía a reflexionar sobre la fragilidad de la vida y la fuerza del espíritu humano. Nos invita a considerar cómo podemos apoyar y avanzar en la investigación para garantizar un futuro donde ninguna madre tenga que enfrentar este doble desafío. Que el miedo no venza la esperanza, saber que existe hace que se piense y pensarlo hace que se diagnostique a tiempo y un diagnostico a tiempo puede significar la diferencia entre ganar o perder el juego de la doble vida, madre-hijo.